lunes, 15 de abril de 2013

La guerra contada en distintas obras III


Operaciones complementarias del cerco de Madrid
"El ejército del Norte había cedido al del Sur la plenitud de la iniciativa en cuanto a la conquista de Madrid. Mola se limitaría, por el momento, a coadyuvar con todos los elementos a sus órdenes. Para ello se estudió un plan de operaciones complementarias, cuyos escenarios habrían de ser los montes entre las provincias de Ávila, Madrid y Toledo, de una parte; de otra, los pasos de la provincia de Soria.
Tenían una triple finalidad: apretar el cerco de la capital; fijar al enemigo para impedir que enviara refuerzos contra las columnas del Sur y desorientar en lo posible al Mando rojo acerca de las intenciones de los jefes nacionales.
Por lo que se refiere a los montes de Ávila, las maniobras ocuparon todo el mes de septiembre y una buena parte del de octubre. Fue ocupado el paso del Boquerón, sobre la carretera de Ávila a Toledo. Entraron las vanguardias del Centro en el pueblo de Santa Cruz de Pinares. Un ataque concienzudamente preparado para romper el frente rojo al Norte de El Escorial tuvo una primera fase muy brillante, porque los atacantes entraron en el pueblo de Peguerinos y aniquilaron una parte de las guarniciones enemigas situadas al amparo de las rocas en que es tan abundante en la región. Pero “el error cometido por un mando subalterno”, según dijo el General Mola en una de sus alocuciones, hizo que el éxito inicial se convirtiera en revés. Los victoriosos de Peguerinos descuidaron su sistema de flanqueos, y cuando creían estar más seguros recibieron un vigoroso ataque sobre su ala derecha. El desconcierto producido por la sorpresa y la mejor situación táctica en que momentáneamente se encontraron los rojos, formaron la retirada de las vanguardias nacionales, las cuales hubieron de abandonar las posiciones de Peguerinos, no sin sufrir bajas muy dolorosas.
Esta adversidad no desorganizó lo fundamental de los planes ofensivos, porque en los días siguientes fueron ocupados Herradón de Pinares, San Bartolomé de Pinares y, por fin, el pueblo de Navalperal, en donde había establecido su Cuartel General el teniente coronel Mangada.
Navalperal ofrecía un gran interés táctico para el dominio de los montes entre Ávila y Toledo. Pasaba entre los milicianos rojos como posición inexpugnable. Pero dos días de combate incesante dieron en tierra con la inexpugnabilidad.
Tres núcleos de tropas de Mola ocuparon el pueblo, y al mismo tiempo se establecieron en las posiciones fortificadas al norte del mismo, así como en una altura de 1.300 metros, situada al Sur. El domingo 7 de octubre, dice el Estado Mayor del Ejército del Centro, “la columna de Navalperal, en unión de otra que bajó desde el puerto del Descargadero, estableció contacto nuevamente con el enemigo. Este abandonó sus posiciones y dejó enorme botín. Dos columnas partieron de Hoyo de Pinares y de San Bartolomé; tras brillante ataque, ocuparon el puerto de Cebreros. Y en la última fase de las operaciones ocuparon Robledo de Chavela, Navas del Marqués, Valdemaqueda, Hoyo de Híjar y posiciones al oeste de Peguerinos. De ese modo se estableció un frente defensivo como base para operaciones futuras”.

Aznar, Manuel. “Historia militar de la guerra de España”. Tomo I. Editora Nacional, Madrid, 1958. (Pp. 301-305).

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